Fue precisamente en Abril, cuando encontré respuesta a algunos de los interrogantes que esperaban la complicidad de la noche para disparar perdigones cargados de angustia, acompañados del humear nitroso, denso que me impedía observar con claridad el destello de los mosquetes.
Fui aprendiendo entonces que el insondable misterio de la existencia vigente en estos tiempos de avances vertiginosos, es al menos facil de dibujar.
En ese trayecto de duración y complejidad variable, vamos recorriendo estaciones en cada una de las cuales bebemos de manera voluntaria o no, crisolados fluidos que otorgan cuerpo y color.
Lejos de nosotros, inalcanzable e invisible en su inconmensurable oscuridad, aparece la energía que alimenta el movimiento, que como las olas del mar, se acercan una y otra vez para acompañar la arena y cubrir su desnudez.
Fui dibujando entonces una acuarela de muchos colores vivaces y alegres dignos de un ambiente tropical, pero en Abril, no han dejado de aparecer trazos terrosos, hechos por manos temblorosas y como si llegara un fuerte invierno, me transformo en un pequeño barco a quien el mar retira su sustento y deja caer por un instante para luego, con una mirada cruel, mostrarle nuevamente el horizonte; entonces me refugio consecuentemente en mi interior; pero no encuentro allí sociego para mi espíritu al intentar una y otra vez, sin descanso alguno, vencer a las tormentas y conquistar espacios para lo cual mi escudo no es lo suficientemente fuerte y mi espada es demasiado fragil, gana, pese a repetidas batallas, la mediastínica concepción romántica de la existencia que me impide estar preparado para observar impasible el abandono y la miseria que me rodea y tolerar la ignorancia como su imperterrito custodio.
Me gustaría que estas palabras y estas frases fueran el fruto de mis pensamientos; en realidad gran parte de ellas las guardo en mi memoria y son la resultante de encuentros maravillosos y momentos extarordinarios compartidos con escritores y poétas que se dieron mas allá del tiempo, pero con los cuales compartía el hecho de haber brotado de las entrañas de la misma tierra.
Tal vez y espero que sea en un tiempo lejano, cuando mi campiña este iluminada con muchas esferas de similares colores y distintos tamaños, el último trazo vacilante se interrumpa mansamente con una sonrisa en los labios.
...Tal vez suceda en Abril.
Fui aprendiendo entonces que el insondable misterio de la existencia vigente en estos tiempos de avances vertiginosos, es al menos facil de dibujar.
En ese trayecto de duración y complejidad variable, vamos recorriendo estaciones en cada una de las cuales bebemos de manera voluntaria o no, crisolados fluidos que otorgan cuerpo y color.
Lejos de nosotros, inalcanzable e invisible en su inconmensurable oscuridad, aparece la energía que alimenta el movimiento, que como las olas del mar, se acercan una y otra vez para acompañar la arena y cubrir su desnudez.
Fui dibujando entonces una acuarela de muchos colores vivaces y alegres dignos de un ambiente tropical, pero en Abril, no han dejado de aparecer trazos terrosos, hechos por manos temblorosas y como si llegara un fuerte invierno, me transformo en un pequeño barco a quien el mar retira su sustento y deja caer por un instante para luego, con una mirada cruel, mostrarle nuevamente el horizonte; entonces me refugio consecuentemente en mi interior; pero no encuentro allí sociego para mi espíritu al intentar una y otra vez, sin descanso alguno, vencer a las tormentas y conquistar espacios para lo cual mi escudo no es lo suficientemente fuerte y mi espada es demasiado fragil, gana, pese a repetidas batallas, la mediastínica concepción romántica de la existencia que me impide estar preparado para observar impasible el abandono y la miseria que me rodea y tolerar la ignorancia como su imperterrito custodio.
Me gustaría que estas palabras y estas frases fueran el fruto de mis pensamientos; en realidad gran parte de ellas las guardo en mi memoria y son la resultante de encuentros maravillosos y momentos extarordinarios compartidos con escritores y poétas que se dieron mas allá del tiempo, pero con los cuales compartía el hecho de haber brotado de las entrañas de la misma tierra.
Tal vez y espero que sea en un tiempo lejano, cuando mi campiña este iluminada con muchas esferas de similares colores y distintos tamaños, el último trazo vacilante se interrumpa mansamente con una sonrisa en los labios.
...Tal vez suceda en Abril.
