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martes, 26 de noviembre de 2013

LOS DIAS DE FIESTAS

 
17 son los días de fiesta que agregan color a nuestro calendario todos los años; esto sin incluír el día del santo patrono, un triunfo memorable de la seleccion Colombia, un decreto emitido de la respectiva alcaldía o gobernación y uno que otro convite que no deja de aparecer. Año nuevo, reyes magos, carnavales, semana santa, día del trabajo, día de la virgen María, ascención del Señor, independencia, batalla libertadora, día de la raza, santos difuntos, inmaculada concepción, natividad y la vispera del año nuevo animan con su presencia la agenda por venir.

Las fiestas compensan al latinoamericano de su estrechez y su miseria, se convierten en rituales de vida para festejar nuestro triunfo ante la adversidad; para celebrar que a pesar de su  imperterrita y sempiterna presencia, de su cercanía y de su coqueteo, seguimos en pié. Son entonces importantes gastos, grandes inversiones; los sacrificios y las ofrendas calman a los dioses, las dádivas y las fiestas al pueblo.
En estas fechas aparece una lógica contradictoria, nuestras acciones adquieren una gravedad distinta, deja de ser la fiesta un encuentro trivial, un desperdicio, un despilfarro de lo mucho o poco que se ha atesorado durante el año, para convertirse  en un grito de libertad, es la fuga de la prisión edificada por nuestras propias leyes, , es la negación de nuestra real existencia, es el instinto vital en su mas pura expresión; toda singularidad se disuelve, se confunde, se mimetiza, encontrando en el punto mas alto del jolgorio, la fusión de nuestros miedos y osadías, de nuestros triunfos y fracasos, de nuestras dudas y certezas; es un morir encadenado a un renacer.
Es esta la explicación de porqué pueblos tan tristes, tiene fiestas tan alegres; hasta el infortunio y la tragedia hacen parte de ella; al abandonarse a su realidad, el latinoamericano queda expuesto al desvarío, a la desdicha, a la fatalidad, a la muerte. La fortaleza de nuestro espíritu, sucumbe ante la embriaguez y el esplendor del instante, entonces entrega o recibe el contacto íntimo, gélido y gutural de su inseparable compañera hasta ese momento burlada.

Es nuestro grito de triunfo! nuestra profunda inhalación, el renacimiento de nuestra esperanza, profesión de Fe de nuestro espíritu; es la victoria efímera de la vida sobre la muerte. Fiestas! Eso buscamos, eso encontramos en nuestras fiestas.

Pd. Octavio Paz describe en gran forma a los Mexicanos en "El laberinto de la soledad" pero todas estas reflexiones se aplican para la gran mayoría del pueblo latinoamericano.