
El ser humano desde el mismo momento en que fue consciente de su existencia le ha tenido terror a lo desconocido, a lo que no puede explicar; La pregunta que mas le intriga, que le desvela que sacude permanentemente la aldaba del portal de su curiosidad : Existe Dios?
Por esta razón no desaprovecha la oportunidad de buscar al individuo mas brillante de su especie y hacerle la pregunta con el propósito de sofocar su angustia o porque no, agitar el alma de sus congéneres para lograr consuelo; lo hizo durante miles de años preguntando a los mas ancianos, guardianes del conocimiento fruto de la sabiduría; Hoy, en donde el conocimiento se mide teniendo en cuenta otros parámetros, persiste en su afán de encontrar la respuesta.
A Albert Einstein no le faltaba la pregunta al final de sus conferencias y disertaciones; pero el encontró la forma de quitárselos de encima. "Yo creo en el Dios de Spinoza"contestaba.
Corria el año 1960, "Google, el memorioso , el sabelotodo, esa especie de conciencia caótica de la humanidad" no existía, de tal forma que el pobre infeliz que recibía la repuesta, debía encontrar una biblioteca especializada en el tema y entonces estudiar la biografía del aludido; eso tardaba bastante y era suficiente para contener necedades.
En el año 2000, Stephen Hawking, estrella fulgurante de la ciencia y astrofísico de credenciales excepcionales fue el blanco preferido de los agitadores de turno.
"Cualquier teoría física es provisional, es solo una hipótesis, nunca se puede probar; cada vez que se comprueba que un nuevo experimento está de acuerdo con las predicciones, la teoría sobrevive y aumenta nuestra confianza en ella; pero si hay una observación que contradiga la teoría, tenemos que abandonarla o modificarla" esto dice en su libro "Una breve historia del tiempo" y en concordancia con ese postulado inicialmente dijo que Si, si existe! y cuando los sediciosos se preparaban para dar inicio al ajetreo, al embrollo, afirmó lo contrario: "No, No hay ningún Dios" y les dañó la fiesta.
Pero la respuesta que a mi me ha parecido fascinante la encontré en Octavio Paz, un Mexicano ganador del premio nobel de literatura en el año 1990:
"Dios existe, y si no existe, debería de existir, existe en cada uno de nosotros, como aspiración, como necesidad, como esperanza y como ultimo fondo, intocable para el ser"
Tal vez en esta brillante reflexión está la clave, tal vez no es cuestión de ciencia, de método, tal vez sea una necesidad vital, alimento para el alma, en cuyo caso, estaremos haciendo el abordaje equivocado.

