Leyendo el libro de Alejandro Gaviria titulado "Otro fin del mundo es posible"(como Aldous Huxley puede salvarnos) tuve mi primer contacto con este escritor, desconocido para mí, (lo cual no es nada extraordinario)
"En sus últimos libros y ensayos, comienza el relato del Dr. Gaviria, expuso de manera elocuente su visión de la vida y la experiencia humana. Una visión que invita no solo a aceptar el mundo tal como es, con sus dosis desiguales de placer y sufrimiento, sino también a celebrar el asombro de la existencia, el privilegio de estar vivo y de ser testigo de ese milagro; de ser, en verdad, algo más que un testigo: un participante, un aspecto del milagro"
"A pesar de todo, a pesar de las penas inherentes a la condición humana, la vida es un privilegio que debemos celebrar "El libro se basa en la Novela "La Isla", pero encontré en el listado de los clásicos de la literatura universal otra obra del mismo autor: Un mundo feliz, recomendado como un clásico que había que leer y me di a la tarea de hacerlo.
Es desde el inicio interesante, una sociedad futurista, distópica, cuyo tiempo se puede ubicar alrededor del año 2500 DC; un mundo deshumanizado, condicionado sistemáticamente, eugenésico y disgenésico a la vez, donde la sociedad está dividida en un sistema de castas. ¿Qué nos hace humanos? se plantea el autor.
Ya en 1932 Hacía referencia al consumismo como motor de nuestra sociedad y cada día cobra mas vigencia y relevancia este concepto; si algo he aprendido durante estos 14 meses de confinamiento total y parcial, resultado de la pandemia, es que la sociedad contemporánea es conducida hacia el consumo obsesivo, autodestructivo, patológico e insostenible; recibimos estímulos condicionantes desde todos los flancos: Internet, redes sociales, TV, cine, medios escritos, pantallas luminosas, estaciones y vagones de transporte masivo, se toma cualquier atajo y se recurre a cualquier artimaña para reforzar la conducta y lograr el consumo deseado. Un claro ejemplo es el del tabaco; ante los avances del control social para evitarlo restringiéndolo en espacios públicos, evitando la publicidad, la industria se las ha arreglado para continuar enviando el virulento mensaje de formas sutiles y difíciles de percibir; Es casi imposible no ver una película en la que no se haga apología del tabaquismo; en algunas de ellas todos los personajes fuman; en cada escena se observa la emanación naso-bucal como transparencias que inundan la pantalla y el subconsciente, en especial aquellos no colonizados, aquellos que adolecen, indefensos, incapaces de identificar la trampa no pocas veces mortal que se abre ante ellos; Ya al menos comenzamos a observar campañas por una industria cinematográfica libre del influjo económico del tabaco.
No menos preocupante es la inducción al consumo de azúcares y sustancias adictivas legales que hacen agonizar cualquier tipo de resistencia ante el impacto que violenta cada uno de los sentidos; de nuevo, niños y adolescentes son sus victimas favoritas, se lanzan sobre ellos cual manada de fieras persiguiendo cualesquiera de las grandes migraciones conducidas por el hambre y la sed, depredando a los mas débiles.
Escogí algunas frases interesantes:
"Los detalles, como sabemos, conducen a la virtud y la felicidad; en tanto que las generalidades son intelectualmente males necesarios"
"No se pueden crear tragedias (literarias) sin inestabilidad social"
"La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrecen las desdichas y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad y estar satisfecho de todo no posee el hechizo de una buena lucha contra la desventura, ni el pintoresquismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o contra una duda"
"La felicidad nunca tiene grandeza"
"Me gustaría un clima pésimo, se debe escribir mejor si el clima es malo, con mucho viento y tormentas"
"Un filósofo es un hombre que sueña en menos cosas de las que hay
en los cielos y en la tierra"

