Ya era conocido entre los expertos quienes seguían su trayectoria desde el 2014 cuando competía internacionalmente en Mountain Bike; para el 2017 estaba dando de que hablar en Europa; su desempeño en el Tour de Francia del 2018 fue el de un gregario de lujo, llevando a corredores de la talla de Gerain Thomas (campeón ese año) y de Chris Frome (campeón de cuatro Tours) en las cuestas mas duras de ese recorrido y terminando en el puesto 15.
Mi relación con Egan, como aficionado del ciclismo tiene una particularidad que la hace diferente comparada con Nairo, Rigo, Fer y otros; Egan es muy parecido física y expresivamente a Julio Cesar, mi hijo mayor; la misma contextura frágil, el mismo color de piel, las mismas facciones, además de tomarse su tiempo para pensar las respuestas y estar enfocado todo el tiempo. Cuando lo veo correr se conjugan la emoción del aficionado con la angustia del padre que espera que termine cada etapa a salvo.
Me emocioné hasta el llanto el día que triunfó en París, verlo llorar de alegría, incrédulo, abrumado, con la timidez propia de los suramericanos que a pesar de haber derrotado la pobreza y triunfado en nuestra empresa, no nos abandona, o mejor nosotros no la abandonamos a ella sabedores que fue necesario superar muchas dificultades para salir adelante.
Por supuesto que sufrí con el en el Tour del siguiente año cuando no pudo alcanzar la forma ideal, ver su cara en el momento en que el lote de los mejores se alejaba fue muy doloroso, había un poco de "vergüenza" en esa mirada triste, una sonrisa nerviosa y un desfallecimiento mal aceptado por el deportista consumado que brinda todo su esfuerzo para ser competitivo.
En el Giro del 2021 fue diferente: metódico, sistemático, con un excelente equipo que lo acompañó y trabajó para asegurar su triunfo; Pipo Ganna, "Castro" y el resto del equipo, se exigieron a fondo para lograr el objetivo.
En la etapa 16 se mostró exultante en el festejo, lucía la "Maglia Rosa" y abandonó por vez primera la sobriedad que le caracteriza; cien metros antes de finalizar se retiro el chubasquero, se soltó del manillar y sin mirar atrás, ajustó su prenda y lanzó un grito furioso, no contra alguien en particular como acostumbran otros ciclistas, era un grito contra la adversidad que lo había acompañado en el último año y un sí al valor del esfuerzo y el sacrificio extra que significó estar de vuelta.Hay algo casi inédito en el ciclismo reciente, como se van a comportar estos deportistas como Egan o Tadej que han alcanzado los máximos logros a tan temprana edad? como manejaran esa exigencia? representará esa circunstancia un peligro para su integridad? Me temo que sí; el ciclismo es un deporte muy peligroso, asociado a la tragedia, en competencia y en especial durante los entrenamientos aquí en Colombia y también en Europa; pero Egan es un tipo brillante, inteligente y seguramente se preparará con tiempo para un retiro oportuno, en la plenitud de su desempeño como lo hacen los grandes campeones. Dios te acompañe hijo!
PD. Me alegró sobremanera el triunfo de Fer en la vuelta a Polonia, el primero de la temporada!!






