Powered By Blogger

viernes, 31 de diciembre de 2021

CARTA AL PADRE

 

Queridísimo padre:

Alguna vez, no hace mucho,  me preguntaste porqué afirmaba Yo que te tenía miedo. Como de costumbre no supe responderte nada, en parte debido precisamente al miedo que me infundes...

Así comienza un relato lleno de angustia, temor, amargura y rencor de un hijo incapaz de establecer una comunicación constructiva con su padre; pocas veces me sentí tan abrumado y tomé al menos en parte, ese sentimiento de fatalidad y desesperanza de quien tiene la certeza que la situación no va a cambiar, al menos para bien. 

En "De profundis" de Oscar Wilde, escrita desde la cárcel y durante una amarga condena, hay sensaciones parecidas; el abandono, el dolor, la tristeza, la culpa, el arrepentimiento, en el marco de una relación turbulenta llena de pasión con un estrecho margen para la sensatez y la razón.

Pero cuando eres padre y lector, te asalta el temor de la real y palpable posibilidad de lo equívoco que puede resultar tu estado de certezas sobre el cual has planificado tu proyecto de vida. "El juicio de los hijos", la mas trascendental de todas las sentencias. En la carta, hay una mezcla de sentimientos insolubles: miedo respeto, dolor admiración, desprecio pertenencia, rencor asombro, decepción y finalmente, desesperanza. Pensaría como padre que Hermann hizo lo posible por darle a su hijo las herramientas necesarias para enfrentar la vida, fue un excelente proveedor, una figura de autoridad que enseñó con el ejemplo, esposo respetuoso; sin embargo se pone de manifiesto un enorme contraste de personalidades en extremo opuestas: por un lado el padre, un hombre robusto, fuerte, luchador y de carácter recio; por el otro un hijo frágil, mórbido, en extremo sensible, de infinita nobleza y con una desbordante vocación literaria que estaba lejos de lo que para la época se consideraba el ideal de un primogénito. Fue una escena que se repitió a través de la historia y aún se repite; no obstante, tenemos ahora herramientas que nos brinda el conocimiento para aumentar las probabilidades de éxito en el intento por comprender que somos seres diferentes, la resultante de dos dados que saltaron a la mesa dando lugar a una nueva cifra, en un nuevo instante, con un nuevo futuro. La evolución nos sigue moldeando, especializando; nuestros genes aprenden de su entorno por complejos mecanismos epigenéticos que cada día son menos incomprendidos; cada generación lega a la siguiente grandes enseñanzas. La orientación dada a los hijos, debe tener en cuenta este aspecto fundamental, debe estar dispuesta a derrumbar certezas, a nuevos constructos, a respetar diferencias. 


A Kafka lo desborda al mismo tiempo el agradecimiento, reconoce en su padre el deseo de acertar y tiene la convicción de que no tenía la capacidad para ajustarse a lo que su entorno le exigía, intentó en medio de su fragilidad alcanzar la independencia, vio en el matrimonio una tabla de salvación e intentó aferrarse a ella, pero también fracasó. Su autoestima estaba reducida a su mínima expresión, era un ser infeliz, rechazado, en especial por el mismo, inseguro, medroso, sin ambiciones. Pero la historia le dispensó un sitial de honor reservado para muy pocos; Hermann habría pasado sin ninguna trascendencia de no ser porque Franz con su enorme sensibilidad y talento, lo llevó de la mano a estos destinos; la fortaleza se puede manifestar de formas asombrosas, acaso absolutamente opuestas.

No hay que esperar de los hijos lo que estos no puedan brindar, es mejor aprender a conocerlos y ayudarles a navegar en medio de sus temores y certezas; alcanzar un equilibrio que les permita avanzar en la conquista de  su puerto; todos tenemos mil vidas que podríamos vivir, pero terminamos escogiendo solo una...


miércoles, 29 de diciembre de 2021

UN POEMA SOLITARIO, EXTRAVIADO EN EL TIEMPO

 

Escribir en prosa es algo así como un riesgo calculado, hay muchos refugios donde apertrecharse, donde esconderse. Para ser un buen escritor primero hay que ser un excelente lector; es muy raro encontrar un escritor que haya alcanzado la madurez antes de los treinta años (tal vez me equivoco). Encontramos un poquito de autores previos  en cada una de las grandes obras; el pensamiento se va modelando al encontrar en la lectura formas diferentes de abordar un fenómeno.


"Quien instruye los versos mas cortos o mas largos                                                                                       mas delgados o mas anchos                                                                                                                         mas amarillos o mas rojos?                                                                                                                           El poeta que los escribe es quien lo determina                                                                                             con su respiración y su sangre                                                                                                                       con su sabiduría y su ignorancia"   Escribió Pablo Neruda

No obstante esta observación, casi un dogma por su progenitor, la poesía es otra cosa, hay que desnudar el alma, mostrar lo mas recóndito de nuestros sentimientos, entorpecer el pensamiento, el análisis y la razón para procurar su escape; se percibe la vulnerabilidad en la osadía, la fragilidad en el intento; no se trata de contar una historia, es una brega  por darle voz al espíritu, por liberar el alma, por pretender un escape sin retorno. 

En algún libro que pronto recordaré, el autor cita a un poeta refiriéndose a la existencia: "El tiempo, ese homicida que nadie ha podido atrapar aún"

Y leyendo un libro de Facundo Cabral, me atrapó la idea y reuní el valor para atreverme a escribir un poema, el  primero, que tiene como eje la frase en mención; el título sería obvio, pero no lo tiene.

"El tiempo, ese anciano venerable

sereno e inquieto a la vez

que nace con el día

y muere cuando acaba la esperanza

Ese niño irreverente y desafiante

ese homicida escurridizo 

que nadie ha podido atrapar aún

Y si alguien lograra hacerlo

sería incapaz de mantenerlo a buen recaudo

Cada día que pasa, me acecha, me intimida

me acosa, me persigue

me angustia su cercanía

que crece como crecen mis años

pero necesito su presencia

preciso de su abrazo

requiero sus caricias

Temo la ausencia dolorosa

hija de los amores mas profundos

que impasible abandonas al recuerdo

Tiempo, bufón irreverente, 

Rey de Reyes y vasallos

no detengas tu marcha

porque estas llamado a ser el único

que no debe enfrentar la muerte."