ANIMAL PRINT

Durante los 60, la moda Animal print causó furor, se trataba de llevar atuendos de pieles o que semejaran las pieles de cuatro animales salvales: Leopardo, cheeta, zebra y jirafa. La moda regresó en el año 2010 y para esta primavera seguía vigente sumando tonalidades rojas y azules al salvaje elemento.

Fuimos invitados por una colega a celebrar sus 50 años, la invitación decía Animal Print; luego de hacer las averiguaciones pertinentes con expertos de la moda, recibimos la información necesaria; Geo se acercó a un almacen de telas y compró la cantidad suficiente para una camisa y un vestido, al parecer no había muchas opciones.

Poco despúes estaban listas las prendas, yo tenía dentro de mi vestuario una camiseta con un gran tigre estampado pero decidí asitir con la camisa recien confeccionada que a decir verdad lucía muy bien.

Poco antes decidí acechar el sitio de reunion, amparado en las sombras de la noche y en mi felino atuendo; a la distancia, observé a algunos de los invitados y constaté que nuestro pelambre estaba muy acorde a la ocasión. Regresé a mi guarida y junto a mi pareja nos dirijimos al sitio de reunión, un lugar ubicado cerca al mar con una hermosa vista sobre la bahia de santa Marta.

Cuando ingresamos, a la distancia observé algo preocupante, mi felina piel estaba por todos lados, encima de las mesas como manteles, en las paredes como cortinas, vistiendo las bases de las palmeras que hacían parte de la decoración, tragué en seco, estábamos en las fauces del pupirato, no había nada que hacer; en ese momento éramos 2 felinos heridos a merced del apetito voraz de algunos miembros de la fauna acompañante.

Nos acercamos al resto de la manada, rápidamente tome algunos tragos de escoces y me puse en calor, una orquesta completaba el agradable ambiente; bailé de lo lindo, salsa, boleros, merengue pasodoble y uno que otro vallenato. Olvidé por completo el epidérmico incidente.

Se me fue la mano con el escoces, agradecí a los anfitriones y nos retiramos luego de disfrutar de la mas salvaje de las veladas de las cuales tengo memoria.