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jueves, 29 de septiembre de 2011

! HAY QUE SOÑAR!

Cuando era niño y tenía cerca de 10 años, cruzaba la calle para llegar a la casa de mis amigos, una vivienda humilde a medio construir con un gran espacio sembrado con árboles frutales, bajo uno de ellos Ignacio había construido una silla de madera, al lado colocó una palanca de cambios que encontró en un vetusto taller de mecánica y del tronco del átormentado árbol se sustentaba una "cabrilla" grande; en la parte baja justo en frente de la silla, instaló el embrague, el freno(de aire) y el acelerador, en estricto órden de izquierda a derecha.

Todas las tardes sin falta, "Nacho" se sentaba y conducía su bus, su sueño era ser un conductor, un chofer de bus urbano, nos divertíamos construyendo las tablillas que anunciaban las diferentes rutas. Pues bien, cuando "Nacho" creció y se convirtió en un hombre, hizo su sueño realidad.

Esa anecdota cargada de humildad y sencillez, deja para mi una gran enseñanza y consolida la frecuente afirmación de los hombres que alcanzan grandes logros, "Hay que soñar" porque cuando se tiene disciplina, constancia y amor por el trabajo, los sueños se convierten en objetivos, a su vez perseguidos por planes y ejecutorias cual galgo tras el señuelo.

Por esta razón estimulo a mis hijos a soñar, los animo a que sueñen con estudiar en las mejores universidades de los mejores paises, los animo a trazar grandes metas, los estimulo a ir mas allá de lo que su entorno les muesta; Hago de sus sueños una labranza, siembro y cultivo en ellos la semilla, soñando a la vez, con lo fertil, generoso y prolijo del cultivo; les muestro que el siempre digno sudor producto del trabajo honesto, el delicado rocío de cada madrugada, la lluvia mansa, las lagrimas de amor, las de felicidad, las de dolor, las de esperanza, se convierten en soporte del invaluable sembradío; cada mañana al despertar, me asomo a mi balcón, lo contemplo rozagante, vigoroso y doy gracias al cielo por ser el dueño de este increíble tesoro.

Anoche tuve un sueño con mi abuelo Julio, estaba al volante de un campero de la época, lucía un pantalón de dril color camel y una camisa rojo carmín, tenía una polca de color oscuro sus ojos me parecieron mas claros comparados con los que encontré en mi memoria, me abrazó, lloró y me dijo "Como me duele dejarte así"

Si, la homonimia está presente en este pasaje, no tengo una explicación precisa, es tal vez producto de mi sueño de anoche... amalgamado con mi sueño de siempre.

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