Comienza el libro con una cita del Filosofo Alemán Arthur Schopenhauer, autor del libro El amor, las mujeres y la muerte; precisamente es su valoración despectiva lo que retrotrae a Benedetti a la lectura y a concluir, nuevamente, que es inaceptable, incluso al situarlo en el contexto de su temporalidad.
Encontré un análisis de Álvarez-García, profesor de Filosofía de la Universidad de Colima, México respecto al libro:
EL AMOR:
"Lo interesante de este planteamiento radica en que el mecanismo del amor es totalmente inconsciente. El hombre solo puede tener de él cierta intuición. En pocas palabras: el hombre enamora porque de esa forma obedece-no a sus intereses- a una voluntad superior ininteligible que es la voluntad de la vida, cuyo objetivo o interés es preservar la especie, prolongarla. El amante es como un títere, cree que esta actuando so libertad, cuando en realidad está siendo perspicazmente engañado."
LA MUERTE:
Schopenhauer veía en la muerte una necesidad de tipo moral, que no corta de tajo la vida, pone fin a la del hombre en particular. Tenía una observación bastante aguzada del mundo físico. Para él la materia es indestructible y perdura. Una vez que el hombre u otro ser conformante de la naturaleza fenecen, los elementos de los que está hecho se integran en el ciclo natural de la vida en el mundo. Así, cierta idea de inmortalidad podría consolar ante la inminencia de la muerte.
LAS MUJERES:
Aquí quiero ubicar el prólogo de Benedetti sobre su libro "El amor, las mujeres y la vida"
"Desde que en mi lejana adolescencia me enfrenté a El amor, las mujeres y la muerte, por entonces el libro mas popular del filósofo alemán, entré en contradicción con la sutil propuesta que sugerían las tres palabras de aquel título. Y aunque el filósofo de Danzing se cuidaba de tratar cada término por separado, era evidente que su pesimismo voluntarista, al introducir los tres enunciados en un mismo saco, los convertía en ingrediente de su inextinguible misoginia. Es cierto que las acometidas de Schopenhauer contra la mujer y sus primeros y tímidos conatos de independencia, se inscribían en un prejuicio generalizado en aquel lugar y en aquel tiempo, un prejuicio que no solo abarcaba a los hombres, sino también a las mujeres.
De ahí a reconocer que el amor y las mujeres están mas ceca de la vida que de la muerte, media solo un paso. Aquí lo doy con perdón de Schopenhauer. Esta es una antología temática que se fue haciendo sola en los últimos cincuenta años. De tanto revisar galeradas de mis dos Inventarios, me di cuenta de que estaba ahí y que solo hacía falta recatarla, separándola de tantos otros contenidos. por cierto menos incitantes y confortadores que el amor".


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