Hace un año comencé a escribir este Blog, lejos estaba de imaginar que hoy les estaría hablando de Samantha de los Angeles, mi hija, aún me estoy acostumbrando a la idea de tenerla entre nosotros; sus hermanos, su mamá y sobre todo Yo, estamos muy contentos disfrutando de su compañía, contemplando su sueño, respondiendo a su llanto cual llamada de emergencia, arrullandola y susurrando a su oido canciones que se heredan a través de los tiempos, de generación en generación.
La mañana del viernes 20 de Marzo del 2011 la vimos por primera vez, su llanto fue vigoroso, y se mantuvo durante su traslado a la salita para recien nacidos, una vez terminada la valoración por la pediatra, también terminó su llanto, al momento de abrazarla y acariciarla.
La recibimos como una gran bendición y esperamos ser dignos de ella, trabajando con mística y entusiasmo, donde cada día que pase se convierta en una oportunidad para ir construyendo su futuro, tal como lo hemos hecho con sus hermanos Julio Cesar y Gastón José.
A principios del año arreglamos la casa para su venida, decoramos y remodelamos su cuarto, diseñamos y pintamos sus muebles, tres meses antes compramos su ropa, el coche, la cuna y demas elementos necesarios.
Ayer salió por primera vez, con un hermoso vestido de fondo blanco satinado y flores delicadas; se comportó de maravilla, visitó a sus tías y primos nos acompañó en el almuerzo y recorrió el centro comercial.
En estos momentos escribo a su lado, cuidando su sueño y disfrutando de su compañía.
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